Esta lana, recién hilada y torcida no sospechaba nada. Pensaba que le tocaba un relajante baño antes de ser colgada para secar. Pero algo le empezó a morder…..
Estas ortigas se preguntaban a qué iban a ser destinadas; una sopa bien sana, dar su sabor a una ensalada para unos veinte comensales, formar parte de una receta ecológica contra alguna plaga en la huerta al lado……
La lana y la ortiga se encontraron en la cazuela y salió un amarillo clarito, simpático.
También se ve lana teñida con cúrcuma, hojas de nogal y marrón, color natural de la oveja.
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